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Cómo atender mejor a nuestros mayores Guía Práctica
DIABETES MELLITUS


Diabetes mellitus
Se produce debido a una insuficiente secreción de insulina por parte del páncreas, lo que hace que las células del organismo no puedan asimilar la glucosa que les llega por la sangre (función que realiza la insulina), aumentando su concentración en la sangre. La padecen casi un 10% de las personas mayores de 65 años.

Los síntomas que deben de hacernos pensar que el azúcar está alto son: exceso de sed, picores (especialmente en la zona genital en la mujer), aumento del apetito, orinar más cantidad y adelgazar comiendo más. El diagnóstico lo debe realizar el médico con un análisis de sangre de medición de glucemia en sangre en ayunas.

El rigor con el que se actuará tras el conocimiento de las cifras de control dependerá de cada caso: edad, estado general, condiciones socioeconómicas, etc. Se deberá ser más exigente (cifras más próximas a 120), cuando la persona pueda autocuidarse, sea independiente, tenga medios, etc., y algo más flexible (glucosa en sangre alrededor de 150), cuando esté incapacitada, o tenga varias enfermedades y/o tome muchos medicamentos.

El tratamiento consta siempre de tres partes:

- Tipo de vida: el ejercicio físico, por lo general consistente en paseos, es fundamental. Con el ejercicio, las células consumen más glucosa, por lo que disminuye la concentración de glucosa en sangre. Pero al igual que la insulina, es necesario hacer ejercicio de forma regular, sin cambios bruscos, programarlo siempre a la misma hora y con una intensidad similar, para que no se produzcan en la sangre cambios bruscos de las cifras de glucosa.

Para evitar complicaciones durante el ejercicio es recomendable llevar siempre caramelos azucarados que se tomarán en cuanto aparezcan mareos por disminución de la glucosa. Otra precaución útil es el tomar de 15 a 30 gramos de hidratos de carbono un poco antes de comenzar a realizar el ejercicio, o adminis-trar la medicación cuando se haya finalizado la actividad física.

- Alimentación: el médico deberá adaptarla a cada caso. En general, es suficiente con restringir los azúcares como los dulces, pan, y limitar las calorías a las necesarias, con una alimentación variada y sin exceso de grasas animales. Es aconsejable evitar la ingesta de alcohol.

Si hay obesidad, el objetivo será el de disminuir peso, ya que con frecuencia la disminución de un 10 a un 15% del peso permite la disminución, incluso la supresión, de las necesidades de medicación.

- Medicación: Consiste en insulina (inyectada) o antidiabéticos orales (en comprimidos), según cada caso. Los antidiabéticos orales son el primer escalón y son prescritos en las formas más leves de diabetes, que son las más habituales en las personas mayores. La insulina presenta como inconveniente que debe ser necesariamente inyectada (la destruiría el jugo del estómago si se tomara por la boca).

La complicación más frecuente y temida de la diabetes son las hipoglucemias (baja de la glucosa en sangre por debajo de 60 mg). Comer menos o realizar ejercicio tras haber tomado la medicación son las causas más frecuentes. Los síntomas que aparecen son sudación fría, mareos, y, al final, la pérdida del conocimiento. Debe de tomarse un vaso de zumo azucarado ante la mínima sospecha de que esto está sucediendo. Al mismo tiempo se debe avisar al médico, especialmente si el tratamiento consistía en antidiabéticos orales, cuyas hipoglucemias son más graves (o se repiten en las horas siguientes) y suele obligar al ingreso hospitalario.

Con el paso del tiempo, y si no se ha seguido un buen control, otras complicaciones que pueden aparecer son: enfermedades vasculares (infarto de miocardio, trombosis cerebral y obstrucción de las arterias de las piernas); alteraciones de los ojos, como enfermedades en la retina, que son la causa de un tercio de las cegueras en la persona mayor; daño renal; impotencia; alteraciones de los nervios (hormigueos, calambres), etc.

Por último otra complicación de especial relevancia en las personas mayores con diabetes y es la aparición de problemas en los pies, el llamado pie diabético. Si por cualquier razón aparece una herida, una llaga, ésta resulta muy difícil de curar porque la circulación, debido al azúcar en la sangre, está dañada, por lo que con frecuencia se complica con una infección, e incluso una gangrena (muerte de los tejidos) que puede terminar en amputación.

¿Qué hacer ante un paciente con dependencia y diabetes para prevenir el pie diabético?
- Evitar rozaduras con el uso de zapatos adecuados, ni justos ni grandes.Utilizar siempre calcetines.

- No cortar las uñas en exceso, sobre todo las de los dedos gordos.

- Ante callosidades u otras anomalías de los pies, acudir al podólogo.





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