| CÓMO CUIDARSE PARA SEGUIR CUIDANDO MEJOR | |
INTRODUCCIÓN | |
El cuidado de un familiar que depende de nuestra ayuda para satisfacer sus necesidades puede ser una de las experiencias más conmovedoras y satisfactorias. Puede hacer que en las numerosas tareas que implica descubramos en nosotros mismos cualidades, aptitudes o talentos que de otra forma habrían pasado desapercibidas. Puede asimismo estrechar la relación con la persona que cuidamos o con otros familiares y conseguir que descubramos en ellos facetas interesantes que hasta entonces habían permanecido ocultas para nosotros. Una gran parte de los cuidadores, pese a posibles sinsabores, descubre la íntima satisfacción de ser útiles a sus familiares más próximos.
Pero también es cierto que puede ser una etapa de labor solitaria e ingrata. De hecho, en muchos casos, el cuidado de un familiar o de otra persona se convierte en una suma de goces y padecimientos.
Lo que es seguro es que cuidar a un familiar es una de las vivencias más dignas y merecedoras de reconocimiento por parte de la sociedad y así lo deben tener presente quienes asumen esta responsabilidad.
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