| | DÓNDE Y CÓMO PEDIR AYUDA. Atención sanitaria y prestaciones sociales | |
| LOS HOSPITALES |  |
A cada área de salud se le asigna un hospital donde deben atender a las personas mayores dependientes ante cualquier problema de salud urgente. Es un derecho de la persona mayor.
Se debe reclamar siempre un trato adecuado. Exija que le atiendan médicos especialistas en geriatría porque redundará en una atención más especializada y, con ello, en mejores resultados, tanto para la persona mayor como para los familiares que cuidan de ellos. La Geriatría, en lugar de la atención tradicional por parte de la medicina interna, ha demostrado en numerosos estudios que disminuye la mortalidad, la dependencia y el ingreso en residencia. También se ha comprobado que aumenta el uso de recursos sociosanitarios, disminuye el número de medicamentos y reduce el coste global. Pese a las numerosas ventajas de la atención por parte de los especialistas en geriatría, aún hoy apenas hay hospitales en España con geriatras. De hecho, en algunas comunidades autónomas no tienen ningún geriatra en los hospitales generales, por ejemplo, el País Vasco, Cantabria o Andalucía. La causa de que esto siga así hay que buscarla en el desconocimiento por parte de la población de su derecho a exigir al gobierno que cambie esta situación. A nadie se le ocurre que cuando su hijo de 2 meses necesita acudir al hospital sea atendido por un médico distinto a un pediatra. Sin embargo, en la mayoría de los hospitales las personas mayores de cualquier edad son atendidas por los servicios de medicina interna, no por servicios de geriatría. Cuando menos, habría que exigir que las personas mayores de 80 años o menores con dependencia funcional o mental fueran vistas por los geriatras. A mayor edad y mayor dependencia, mayor es la necesidad de geriatría.
No renuncie al derecho de que su padre o su madre sean atendidos adecuadamente por sus médicos especialistas en geriatría. La asistencia geriátrica está fundamentada en el trabajo interdisciplinario y en la atención al anciano a través de los diferentes niveles asistenciales que garantizan el cuidado y vigilancia del paciente geriátrico ante situaciones de enfermedad o necesidad. De esta forma se da cumplimiento al principio que preside la asistencia a la persona mayor: la continuidad en los cuidados.
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